lunes, 18 de abril de 2011

carpe diem.

carpe diem.

Si, una tarde normal, con sus más y sus menos, eso era lo que pensaba yo, había algún tema que zanjar, pero por el resto un buen día; hacía un sol esplendido y andaba por el sardinero, el sol se reflejaba en el mar, pero aún así soplaba un poco de aire. Llegamos al sitio donde nos íbamos a encontrar con el resto, y decidimos que hacía bueno para bajar a la playa. Bajo peldaño a peldaño, hay uno que esta lleno de arena y opto por descalzarme, llevo los zapatos en la mano y noto como mis pies se hunden en la arena, me hace cosquillas y se revuelve traviesa entre mis dedos, sigo avanzando. Hay gente, pero no demasiada, la adecuada para pasar un buena tarde, todo marcha perfecto y nadie me va a fastidiar este día, bajo segura, pero levanto la cabeza y me encuentro con alguien conocido, saludo y sonrío, me devuelve el saludo y cómplices seguimos cada uno con lo nuestro, yo sigo andando con mis amigas, reímos nos quedamos en bikini y disfrutamos de la tarde, pero durante ella noto unos ojos clavados en mi, me giro y le veo, si el mismo que me saludo cuando llegué mirándome fijamente desde unos pocos metros, todos preguntan y nadie contesta, nadie entiende por que nos miran, nadie menos yo, hago como si nada y sigo a lo mío, pero ellas me dicen que me están llamando, miro y al final nadie me llamaba, lo que si es cierto es que siguen mirando, lo ignoro y me hago la tonta, se van les veo y hay algo en mi interior que grita para que se queden, cuando ya están arriba se paran en seco y miran hacia abajo y siguen así unos diez minutos, me estaba poniendo nerviosa y no pensé que iba a llegar a tanto, pero comienzo a notar que algo se mueve en mi tripa y miro, sonrío para mi, y pienso en que la tarde sería totalmente perfecta, si bajara de alli arriba y me dijera, que si podíamos dar un paseo por la playa.

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